Gustavo Valdés, en un aniversario con sabor a gestión y al voto a voto

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El Gobernador encabezó los actos junto con el intendente anfitrión, «Reni» Buján. Estuvo acompañado en el palco por su hermano, Juan Pablo. Su punta de lanza para las venideras elecciones, más allá de que hay otros anotados para la candidatura principal. En su discurso no dejó escapar la oportunidad de remarcar las fortalezas de la gestión, instando a la comunidad y a la dirigencia a continuar por el mismo rumbo.

03-POLITICA

El aire de fiesta que este sábado envolvió a San Luis del Palmar, en su 219º aniversario fundacional, tuvo un inconfundible aroma a gestión y a la cercanía de un calendario electoral. El gobernador Gustavo Valdés, figura central de la jornada no sólo compartió la algarabía de la comunidad, sino que también tejió un discurso donde el balance de obras se fundió con un claro mensaje político, en sintonía con su búsqueda de consolidación del poder provincial.
El acto, celebrado frente a la histórica parroquia San Luis Rey de Francia -un verdadero epicentro de la identidad local- congregó a un variopinto público que fue desde funcionarios de alto rango y fuerzas de seguridad, hasta docentes, alumnos y vecinos. La postal era clara: el Gobierno provincial y municipal exhibiendo unidad con avances tangibles.
Valdés, con su habitual tono cercano con el público, no dudó en reconocer el notable crecimiento de la localidad, dejando entrever la diferencia entre el pasado y el presente. «Durante mucho tiempo veníamos y decíamos ‘qué abandonada que está San Luis’, y hoy podemos decir ‘qué linda que está’. Se ha convertido en una ciudad», sentenció, felicitando al intendente, Néstor «Reni» Buján y a los trabajadores municipales por el esfuerzo. Una frase que, lejos de ser un mero cumplido, marcaba una línea divisoria entre administraciones y proyectaba una imagen de progreso bajo su tutela.

PROMESA
PEREGRINA

El Gobernador, siempre atento a los matices culturales que forjan la identidad de la Provincia, puso en valor las fiestas populares y tradiciones sanluiseñas, destacando su arraigo en la cultura correntina. Incluso, en un gesto que resonó fuertemente en una comunidad con profundas raíces de fe, prometió participar de la tradicional peregrinación a Itatí: «Por eso este año, si Dios quiere, voy a aceptar el desafío de venir a cabalgar con los sanluiseños en su peregrinación de fe hacia Itatí».
Una promesa que no sólo es un guiño a la tradición, sino también un acercamiento personal a la comunidad, reforzando la imagen de un Gobernador presente y comprometido.
En un discurso de marcado carácter proselitista, Valdés no sólo repasó un extenso listado de obras ya concretadas -desde mejoras en el suministro de agua potable y desagües, hasta infraestructura escolar, hospitalaria y religiosa, pasando por la pavimentación y la construcción de viviendas-, sino que también proyectó ambiciosos planes futuros. El ensanchamiento de la ruta 5 para acercar San Luis a la Capital correntina fue uno de los anuncios más celebrados. «Tenemos que estar a un suspiro de Corrientes, y Corrientes a un suspiro de San Luis, porque son ciudades que se complementan», enfatizó, subrayando la visión de una Provincia más conectada y eficiente bajo su liderazgo.

«NO ES UNA
UTOPÍA»

El mensaje final de Valdés no dejó lugar a dudas sobre la intencionalidad política: «Hemos hecho muchas obras, pero más allá de eso, lo importante es que no bajemos los brazos. Estar mejor no es una utopía. Apostando a un Gobierno que trabaja, es posible». Un llamado a la continuidad y a la confianza en la gestión actual, instando a la comunidad a «seguir construyendo juntos el futuro que se merecen».
La jornada culminó con el tradicional desfile cívico-militar, una exhibición de orden y participación que selló una jornada donde la celebración del aniversario se entrelazó con la reafirmación de un proyecto político.

Codo a codo

Mientras Gustavo Valdés hilvanaba un discurso donde la gestión y la visión de futuro se mezclaban con el pulso político, una figura clave para el ajedrez electoral correntino flotaba en el ambiente, aunque sin protagonismo directo en la tarima: la de su hermano, Juan Pablo.
El Intendente de Ituzaingó no es un actor secundario en la hoja de ruta del oficialismo. De cara a las elecciones del 31 de agosto, donde Corrientes definirá gobernador, vicegobernador y legisladores, su nombre resuena con fuerza en los pasillos de la Casa de Gobierno como el potencial ungido por el propio Gustavo Valdés para sucederlo en el Sillón de Ferré.
Este escenario, que se maneja con creciente insistencia en los círculos políticos locales, lo posiciona como una pieza central en la estrategia del Gobernador saliente. Aunque otras figuras del radicalismo, como el senador «Peteco» Vischi o el intendente capitalino Eduardo Tassano, también se mencionan como posibles aspirantes, la intención de Gustavo, de impulsar a su hermano, se percibe como una movida audaz y ambiciosa.
En cada acto, en cada aparición pública, más allá de la presencia física, la figura de Juan Pablo Valdés se proyecta como el heredero natural de un proyecto político que busca garantizar su continuidad en la Provincia. La partida por la sucesión ya está en marcha, y el hermano del Gobernador es, sin dudas, uno de los jugadores más importantes en la mesa.

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