Este fin de semana, el «Apache» Carlos Tevez y su esposa Vanesa llegaron a La Cruz, para vivir una jornada inolvidable. El reconocido futbolista dedicó la tarde del sábado a una cruzada solidaria que dejó una huella imborrable en un puñado de niños de la costa del río Uruguay.
La cita fue en el Centro de Día San Tarsicio a cargo de la hermana Gabriela Inchauspe, impulsora de esta movida y en las últimas horas se conocieron videos de la visita.
Bajo el tibio sol otoñal un puñado de niños recibió con entusiasmo a Carlitos y Vane, que a través de la Fundación Carlos Tevez, le dedicaron su tiempo y calidez a decenas de chicos.
Un retorno a la infancia
Uno de los momentos más emotivos de la jornada, que quedó reflejado en una de las fotos, fue la imagen de Carlos con una taza de chocolate caliente en sus manos. Se mostró con una humildad que conecta directamente con su propia historia. Para muchos, fue un guiño a su infancia, a esos orígenes donde las adversidades eran el pan de cada día.
Carlos, que se crió en la calle y libró sus partidos más difíciles en su barrio, sabe lo que es superar obstáculos. Y su familia, siempre presente y a la par, fue y es su pilar fundamental.
“Quiero decirles que estoy muy feliz de estar acá con ustedes poder compartir una merienda, poder estar jugando al fútbol con ustedes; muchos no me vieron jugar porque son muy chiquitos pero los más grandes por ahí si me vieron jugar…pregúnteles a los más grandes que he viajado mucho por el mundo… he ganado muchos campeonatos, pero las personas hoy me reconocen por una sola cosa: ser buena persona”, les dijo a los niños y los alentó a ser buenas personas, a estudiar y disfrutar de la vida.
Los niños le devolvieron sonrisas, aplausos y música a la hora de la merienda y luego compartieron un partido de fútbol.
Seguramente, esa visita dejará una marca imborrable en la vida de cada uno de esos chicos. La jornada para el “Apache”, no terminó allí ya que fue protagonista de una cena benéfica con 200 personas en un salón de la ciudad.