Lo único que te da sustentabilidad en el tiempo es ser competitivo

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El presidente de la Unión Industrial Argentina, Martín Rappallini se refirió en exclusiva a la agenda trazada en su gestión recientemente iniciada. Se reunió con Gustavo Valdés y recorrió varios emprendimientos locales. Destacó el potencial industrial correntino y el compromiso del Gobierno con medidas atractivas para las inversiones. Advirtió que en la economía nacional aún hay muchas distorsiones. Llamó a un nuevo contrato productivo. Trazó 5 grandes vectores que son necesarios impulsar como bases del desarrollo. Confía en que este tramo de gestión de Javier Milei podría comenzar a mejorar algunos índices que aún no repuntan.

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Por Jaime Meza
Jefe de Redacción

Martín Rappallini, titular de la Unión Industrial Argentina (UIA), accedió a una entrevista exclusiva con EL LIBERTADOR. Dialogó con el jefe de Redacción, Jaime Meza, con quien ahondó en su agenda, con la cual viene recorriendo el país. Comentó algunos puntos de su reunión con el gobernador, Gustavo Valdés, su recorrida por varias plantas industriales correntinas y las necesidades latentes en todo el país.

Se mostró confiado de poder encarar un trabajo conjunto con los distintos estamentos de Gobierno. Habló de un circuito virtuoso entre Nación, provincias y municipios que colaboren en avanzar con un nuevo contrato productivo, con el objetivo de «defender y poner en valor a la industria, con responsabilidad y compromiso». «Nuestro objetivo fundamental es avanzar en la construcción de propuestas y en la búsqueda activa de consensos», remarcó para aseverar que «Argentina necesita diseñar un nuevo contrato productivo que reconozca a la industria como pilar del desarrollo».

La charla se dio de la siguiente manera:
Tenés gestión hasta que termine este Gobierno nacional. Te toca tratar con el último tramo de este nuevo perfil institucional, se podría decir.
-Me tocó justo entrar en un escenario bastante particular e histórico porque, en realidad, no es por agrandar la cosa, es un cambio drástico en el país. En toda escala, y la industrial es una de ellas.
Es como que te toca un desafío mayúsculo.
-Tal cual lo decís, estamos en un cambio muy importante del país por eso hay que darle un marco, de lo que ha pasado en los últimos tiempos en términos del orden macroeconómico. Me parece que hay un consenso generalizado en la sociedad. Hay que ir a la baja de inflación, el orden fiscal, el orden macroeconómico como básico para poder empezar a construir esta nueva Argentina. Estamos entrando en una nueva fase. Ya se logró el objetivo de bajar fuertemente la inflación, casi a 1,8-1,9 por ciento. Y la idea es que siga bajando.
¿Y ahora?
-Hay que empezar a trabajar sobre la microeconomía, sobre la economía real. Vemos que hay muchas distorsiones que todavía quedan de ese modelo anterior que era basado en un proceso inflacionario, en el cual, el consumo estaba sostenido con gasto público. Entonces, cuando ordenás las cuentas públicas tenés que empezar a hacer que la economía funcione sin anabólicos, de acuerdo a su productividad interna.
Todavía hay mucho de la pesada herencia.
-Lo que estamos viendo son preocupaciones, porque todavía hay muchos factores que hacen a la competitividad del sector industrial de Argentina que todavía faltan resolver. Por eso estamos hablando que nuestra preocupación es el costo argentino. Es que no solamente es caro producir, sino transportar, distribuir, vender. Hoy los precios llegan a consumidor. Son la suma de todas las distorsiones que tenemos y que están en cada eslabón de las cadenas de valor.
¿Cuáles son las complicaciones más visibles?
-Cuando vos tenés los problemas fiscales, los problemas laborales, los problemas financieros, el costo del dinero. Desde un proveedor hasta el que produce y hasta el que distribuye tiene en su economía todos estos problemas, entonces eso hace que las cadenas de valor estén cargadas de costo y los precios son más altos de lo que queremos.
Se viralizó hace poco, al ex dueño de Caro Cuore contando que su mercadería elaborada en Argentina cuesta menos en Chile.
-¡Sí! Claudio Drescher, que es miembro del Comité Ejecutivo de la UIA. Él nos comparte esa realidad. También estamos viendo productos importados que no se producen localmente, pero que cuestan el doble que en Brasil y Paraguay. Tenemos todo un sistema impositivo que hace que la Argentina sea más cara en dólar. Entonces hay que trabajar muy fuerte en el costo argentino.
De ahí surge tu propuesta de un nuevo contrato productivo.
-Estamos planteando un nuevo contrato productivo que esté orientado a corregir todas las distorsiones que hay en todas las cadenas de valor.
¿Y qué respuesta ustedes observan del Gobierno nacional ante estos planteos?
-No es solamente al Gobierno nacional, es a todos los sectores públicos, sindicales y educativos. Tenemos que hacer un país que sea más competitivo. Lo que pasa es que, de la misma manera que estamos haciendo nuestro trabajo interno para bajar los costos, el Gobierno también tiene sus dificultades porque tiene que mantener el superávit fiscal. Es el desafío que tienen los gobiernos (nacional y provinciales), que cada uno vaya haciendo las medidas que permita mantener las cuentas en orden, y que sirva para cambiar el escenario.
Un compromiso conjunto.
-El empresario puede dar todo de sí, pero si tiene al municipio con altos impuestos, la provincia, a todo el Estado, poniéndote trabas por todos lados, subiéndote los costos, rigideces laborales, sin gente capacitada es muy difícil crecer y desarrollarse. El gran incentivo de los países es cuando todos trabajan con un objetivo y el objetivo tiene que ser un país más eficiente, más competitivo.
¿Establecieron una agenda?
-Hay una agenda importante que incluye lo que es la modernización laboral. También vemos problemas de infraestructura, de financiamiento. Pensá que en 2023 estábamos casi en torno a 200 por ciento de inflación. Todo eso tiene un arrastre y todavía las tasas están en torno a 35, 40 puntos en pesos. Cuando uno ve una economía en la que va bajando la inflación y los precios, se ve que el costo de dinero todavía es altísimo. Porque cuando vos tenés una economía inflacionaria, todo va subiendo, entonces pagás una tasa, pero se va a compensar porque vas a vender más caro. En este caso es más barato, pero tenés una tasa muy alta, entonces hay un problema financiero.
Es ir resolviendo problemas latentes.
-Claro. Tenemos un problema de costo de infraestructura. Todavía no se ha permitido la legislación laboral. En general, el empresariado argentino está con muchos costos anteriores. Y también la industria. Muchos sectores todavía no se han reactivado. Vemos con preocupación todo lo que es materiales de la construcción. Todavía no hay una recuperación de la actividad textil, del metal, de lo mecánico, del autopartismo. La alimentación se recuperó, pero vemos que no hay una recuperación fuerte de muchos otros sectores normalmente más inelásticos.
En tu discurso, cuando asumiste a finales de abril, señalaste que tu agenda iba a estar centrada en competitividad, desarrollo federal y cadenas de valor. ¿Qué prioridades va a tener?
-Lo federal es fundamental para nosotros. Estoy convencido de que la Argentina industrial es la Argentina federal. El desarrollo industrial en realidad va a ser el desarrollo federal del país. Porque gran parte del desarrollo industrial está basado en lo que es materias primas. En Corrientes, por ejemplo, tenemos la industria relacionada con la madera que es muy importante, entonces lo ideal es que el valor del procesamiento de madera y de muebles se genere en origen. Tenemos también el tema del arroz, que se procesa. La semana pasada estuve en Salta. La idea es cómo hacemos para transformar todo lo que se produce en productos industriales de valor agregado.
Y su presencia en Corrientes también demuestra eso. 
-Claro, es acompañar. Hablamos con el Gobernador de las problemáticas que tiene la Provincia. Hay un problema energético. No llega el gas natural, o el costo de la energía eléctrica. Hay que colaborar para tener las condiciones para poder crecer.
Hay potencial.
-La verdad es que en provincias como Corrientes hay una potencialidad empresaria importante. De ahí deriva la competitividad. Lo único que te da sustentabilidad en el tiempo es ser competitivo.

En Corrientes se entendió

El titular de la UIA se refirió a la polémica desatada con la billetera virtual más utilizada en la región, que decidió diferenciar los cargos según las políticas impositivas de cada provincia. Fue así que se conoció que en Santa Fe se aumentará los costos operativos a partir del martes 8, mientras que, a jurisdicciones como Corrientes, que disminuyeron impuestos como Ingresos Brutos, se las beneficiará con una baja.

¿Y la controversia de Mercado Pago con Santa Fe que, entre líneas expuso un beneficio para Corrientes?
-La verdad que el tener nivel de ingreso bruto que tiene Corrientes es muy importante, sobre todo para la industria. Ya que creo que Corrientes, en ese sentido, entendió lo importante, sobre todo para la industria, que tiene de los menores ingresos brutos del país. Lo importante que es para que se radique una industria, ya que alrededor conlleva un montón de beneficios. Funciona el comercio, funciona los servicios, todo alrededor se forma un circuito virtuoso que es increíble.
¿Hubo coincidencias sobre esto?
-El Gobernador entiende y quiere impulsar medidas para seguir generando estos circuitos. Vamos a trabajar con Corrientes como con todas las provincias para impulsar el crecimiento.
¿Hubo algún tema específico abordado con Valdés?
-Hablamos de la preocupación por el desarrollo de infraestructura de energía. Vamos a trabajar en conjunto con todo lo que es la luz eléctrica. También estamos hablando de la Hidrovía. Gustavo Valdés conoce con muchísima profundidad toda la problemática del sector productivo de Corrientes. Tenemos toda una agenda en común de trabajo.

Escenario actual y cambio de paradigma

No podemos esquivar el marco electoral en el que está el país. Y en esta recorrida nacional, en cada distrito que visitás debe ser que te encontrás con un escenario electoral marcado. El empresario depende también del humor de los mercados según la realidad política local.
-Somos una institución sin afinidades políticas. Tenemos un compromiso con el desarrollo federal, con la competitividad. Esto lo hablamos con todos, de cualquier signo, porque queremos generar un consenso colectivo donde se entienda que el desarrollo es fundamental para el crecimiento del país, para mejorar la calidad de vida de nuestros habitantes. Los países que crecen son los que los partidos consensuan políticas básicas que desgraciadamente en la Argentina todavía no hemos logrado. Pensá que estamos resolviendo un problema macroeconómico de inflación que Brasil hace 25 años lo resolvió, al igual que el Paraguay, Uruguay, Chile, hasta Bolivia.

¿Hace falta profundizar en la política industrial?
-A veces se habla de política industrial, pero es mejorar la competitividad de las empresas no sólo protegerlas. Pero si suben los impuestos, si siguen con las leyes laborales rígidas o las rutas rotas, con el sistema financiero destrozado por la inflación, no se puede.
¿Y en el escenario actual?
-Estamos compitiendo con el mundo. En Corrientes, la madera, la ganadería compiten con el mundo. No es que queremos privilegios, queremos igualdad de condiciones. El Gobierno tiene que entender que en todo lo que producimos tenemos que ser efectivos, esta es la base del nuevo contacto productivo.
Hay que modificar la coyuntura histórica reciente.
-En los últimos años no se pudo, con la inflación o tratando al Estado como el «gran salvador y solucionador» de todos los problemas. Es el sector privado, es el crecimiento lo que va a hacer que tengamos un país mejor. Cuando lo ves en términos de empresa, la Argentina ha quedado por habitante muy por debajo de la media. Tanto Brasil como México tienen casi el doble de empresas por habitante. En industria es lo mismo, que tenemos una industria cada 800 habitantes. Y Brasil o México están en torno a una cada 300.
En Argentina, el gobierno que entra pega un volantazo respecto a las políticas de la anterior gestión.
-Claro. En los otros países hace 20 años que están con una inflación de entre 7 y 10 por ciento anuales. También en torno a acuerdos sobre infraestructura, en educación. Los brasileños formaron a 100 millones de personas.
Fijaron y avanzaron.
-Son los 5 vectores importantes para generar una industria competitiva. Financiamiento, educación, legislación laboral, razonable y moderna, así como un sistema impositivo que aliente la inversión y la exportación. También infraestructura acorde para el crecimiento. Son los grandes factores que en la Argentina tenemos que encarar.
Te toca transitar una etapa clave como titular de la UIA.
-Sí, porque fue la gestión nacional que se encargó primeramente de ordenar la macro. Llevó un año y medio. Ahora estamos armando propuestas básicamente en lo laboral y en lo fiscal. En la UIA estamos por presentar propuestas al Gobierno orientado, por supuesto, hacia el sector transable de la economía. O sea, bajarle los costos al que compite con el mundo. Tenemos que trabajar en infraestructura, siguiendo de cerca la licitación de las rutas, los puertos, el tren. También en educación. Estamos trabajando en financiamiento, mirando de qué manera encontrar. Estuvimos en Italia buscando crédito extranjero para maquinaria, para innovación tecnológica.

El rol del Estado

Rappallini se refirió a la postura que deben adoptar las distintas escalas gubernamentales para cambiar el escenario industrial:
-Esto lo hablábamos con el gobernador, Gustavo Valdés. El compromiso que tiene él es el que debe tener toda administración pública. O sea, ser lo más eficiente posible. Los dos confiamos y creemos en el rol del Estado como gran equilibrador de una sociedad. Pero ese rol tiene que estar designado por la eficiencia, por la transparencia. Hoy, los grandes países del mundo son los que tienen una gran articulación pública-privada. Ya cuando el empresario es el que empuja, el que genera valor, y el Estado es el que acompaña, el que genera condiciones, genera infraestructura, seguridad jurídica, un orden macroeconómico, con esa alianza público-privada se logra que haya un mejor nivel de vida, la gente vive mejor.

Lo que hace falta

Al ser consultado sobre una necesidad inmediata que necesita la industria, Rappallini graficó:
-Hay un ejemplo que expone lo que hay que hacer. La protección es una parte de la crianza de los hijos, pero es una parte. Si vos a tu hijo lo ponés en un cuarto para que no se lastime y no salga a la vida, no lo vas a hacer crecer. O sea, lo que tenés que hacer es formarlo, acompañarlo, educarlo. Entonces, creemos que darles fortalezas es el gran desafío que tenemos.
¿Cómo sería en el sector industrial?
-Darle fortaleza a la industria es darle las condiciones para que compita, desde todos los puntos de vista. O sea, darle una presión fiscal razonable. Financiamiento. Formar gente, brindar infraestructura, costos de puerto.

Una «raza» fuerte

A la hora de describir al industrial argentino, el titular de la UIA no dudó en manifestar:
-Yo confío fuertemente, casi ciegamente te diría en el empresario argentino. El empresario argentino tiene una capacidad de creatividad que sorprende día a día ¡Cómo con tan poco generamos tanto valor, o con tantas dificultades generamos valor!
Es como que el empresario argentino convive con la resiliencia. Está preparado después de tantas crisis cíclicas.
-Exactamente. Muchas veces hemos usado nuestras capacidades para adaptarnos a las reglas de juego cambiantes o a los distintos cambios políticos. Por eso, ahora viene el gran desafío que es trabajar para tener una industria que esté pensada para crecer con costos bajos, competitiva con el mundo. Exportando, pero también tiene que haber un entendimiento. Por eso, cuando hablamos de contrato productivo es que los distintos niveles del Estado municipal, provincial, nacional, los sindicatos, el sistema educativo, todos entiendan que tenemos que trabajar para tener una industria más competitiva.

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