Luego de varios meses de exposición, fotos románticas y una guerra total contra Wanda Nara, la historia entre Mauro Icardi y la China Suárez entró en una inusual pausa geográfica. Ella volvió a Buenos Aires para el cumpleaños de su hija mayor Rufina, mientras que él se quedó en Turquía, enfocado en su recuperación física y el objetivo de volver pronto a las canchas con el Galatasaray.
Por supuesto que no hablamos de una separación definitiva, pero sí de un paréntesis que dejó tela para cortar. La China aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza a finales de esta semana con varias valijas y sin nadie acompañándola. Caminó en solitario, sin asistentes ni amigos, y cuando se topó con la prensa, se mostró amable, como pocas veces ocurre y tras su polémico ataque a Benjamín Vicuña.
La pregunta de rigor no tardó en llegar: en medio de la euforia de la prensa al ver una China con ganas de declarar, le consultaron si había usado o no ropa de Wanda mientras vivió en Estambul con Icardi. Pero ella eligió qué responder, y con una mueca que decía más que cualquier declaración irónica, entendiendo el juego mediático.
La vuelta al país coincidió con el cumpleaños número 12 de Rufina, su hija con Nicolás Cabré. La China organizó un festejo íntimo, sin ostentaciones ni eventos masivos. Cabré no estuvo presente y no hubo reuniones familiares ampliadas: cada uno celebró por su lado. Ella eligió la intimidad, rodeada por sus hijos y amigos más cercanos.
LA PRETEMPORADA DE MAURO ICARDI CON EL GALATASARAY EN AUSTRIA
Mientras tanto, del otro lado del mapa, Icardi se sumergió por completo en la pretemporada del Galatasaray. En sus redes mostró postales de su entrenamiento en una piscina rodeada de montañas. Hubo risas, abrazos con sus compañeros, un ambiente relajado pero con foco. Después de una larga lesión, el delantero busca ponerse a punto para volver a las canchas. Esta vez, sin su novia al lado.
Cabe destacar que Icardi no juega desde noviembre del año pasado luego de haber sufrido una rotura de ligamentos cruzados de la rodilla en un partido con el Galatasaray. Desde entonces pasó de todo: confirmó su separación de Wanda, comenzó una guerra contra la mediática y L-Gante, llegó a la Justicia pidiendo la tenencia de sus hijas y sobre todo blanqueó su romance con la China.
Por estos días, Mauro es parte de la delegación del Galatasaray que arribó a tierras austríacas y encarará el último tramo de la pretemporada, antes del inicio de la Superliga de Turquía. Invitados al Summer Series Upper Austria, la delegación del equipo turco se dirigió a Windischgarsten, una localidad situada entre las montañas, donde el plantel busca la puesta a punto de lo físico y futbolístico para los próximos compromisos.