La disputa entre Wanda Nara y Mauro Icardi por la cuota alimentaria de sus hijas ha puesto en foco las complejidades y desafíos que enfrentan los procesos de manutención infantil. Ana Rosenfeld explicó que en este caso específico, se fijó «un 3% de los ingresos del contrato» del futbolista, además de un monto de 30 mil dólares mensuales.
Rosenfeld sugirió que la falta de cumplimiento por parte de Icardi podría interpretarse como una «revancha» hacia Wanda. En sus palabras, «no cumplir la cuota alimentaria es precisamente saber que a sus hijas no les está faltando nada por un lado, pero por otro lado la está obligando a la mamá, que no es la obligada al pago, a solventar una cuota alimentaria que hoy por hoy está en cabeza de él». La abogada lamentó que «la cuota alimentaria es un rehén que utiliza el obligado al pago frente a la mamá, obviamente no frente a los chicos».
Un punto recurrente en estos procesos es la dificultad para determinar los ingresos reales de los alimentantes, ya que «muchas veces donde los contratos o las percepciones de los papás alimentantes, lamentablemente, no las podés determinar fácilmente». Aunque en el caso de Icardi y Nara se habla de «contrataciones oficiales», Rosenfeld reconoce que, en general, existen «contrataciones en negro» que complican la fijación de la cuota justa.
Señaló que la dinámica de los conflictos de manutención va más allá del dinero. La experiencia en tribunales revela que algunos padres solicitan el «cuidado personal», antes conocido como tenencia, «para no pagar la cuota alimentaria», incluso usando frases como «No pienso darle a esa HDP para que viva con la mía».
EL ESCÁNDALO DE LA CUOTA ALIMENTARIA ENTRE WANDA NARA Y MAURO ICARDI
Asimismo, Rosenfeld destacó que «pasan de las dos cosas». Así como hay padres incumplidores, también existen madres que, «aún con la cuota al día, porque no todos somos incumplidores, niegan los régimen de visita», impidiendo el contacto de los hijos con el progenitor no conviviente.
Respecto al caso Icardi, Rosenfeld es categórica: si Mauro «se las lleva a Turquía, no va a cambiar su obligación alimentaria, por el contrario, va a seguir estando obligado al pago. Y si las nenas se quedan acá también».