La alianza liderada por Martín «Tincho» Ascúa se mostró esperanzada en llegar al balotaje, pero la llegada de los primeros datos hizo que brinden una deslucida conferencia. Para colmo, el PJ perdió en Libres.
02-TAPA-POLITICA
Los candidatos del frente Limpiar Corrientes tuvieron ayer una jornada de sentimientos encontrados. Entre la alegría de saberse segundos (cuando todas las encuestas lo daban como terceros) y la tristeza por haber perdido bastiones como Paso de los Libres y San Roque.
El candidato a gobernador, Martín «Tincho» Ascúa y a intendente, Germán Braillard Poccard lideraron la charla con la prensa en el hall de la sede justicialista.
De manera precipitada, el equipo de campaña del espacio levantó un escenario por calle Salta, que finalmente no fue utilizado.
En la conferencia de prensa que se desarrolló en la sede del Partido Justicialista (PJ), dejaron en claro su parecer sobre la forma en la que se desarrolló el escrutinio provisorio.
Al comenzar el diálogo con los medios, el diputado César Lezcano fue el primero en tomar la palabra y expresó: «El sistema electoral en toda la provincia ha ido viviendo ciertas irregularidades, y la verdad que en el cierre del escrutinio también hubo cortes de luz en algunas escuelas. Eso nos pone en alerta sobre los datos que manejan».
Asimismo, el hombre del Frente Renovador puntualizó: «Queremos ser sumamente responsables, principalmente a diferencia de los medios oficiales. Nosotros, en ese sentido, aún estamos procesando datos de toda la provincia y de toda la ciudad. Hasta el momento tenemos un porcentaje muy escaso, que no nos permite tener un número cierto. Primero queremos calmar las ansiedades. La verdad es que nuestro sistema oficial ha caído más de tres veces en este transcurso de tiempo».
Paso seguido, el actual legislador resaltó: «Nos parece que es muy irresponsable decir una cifra de 52 por ciento por sobre el 11 que destinan a nuestra fuerza, con la cantidad de mesas que han sido escrutadas en la provincia, me parece que hay que manejarse con más responsabilidad. Nosotros seremos muy objetivos, responsables y vamos a respetar el resultado oficial del voto popular. Cuando tengamos el 20 por ciento de los resultados escrutados seguramente nos marcará una tendencia y ahí recién vamos a dar información oficial. Limpiar Corrientes es la segunda fuerza, es la oposición. Es la representación de una fracción muy importante de la sociedad, por ello queremos ser responsables. Porque no solo definimos territorio, sino una fracción importante del Poder Legislativo. En esa representación, Limpiar Corrientes va a ser fundamental dentro de los próximos cuatro años».
Tincho tuvo que borrar su «tuit»
En la era de la inmediatez digital, a veces un gesto virtual puede ser más elocuente que cualquier discurso de concesión.
Eso fue lo que sucedió con el candidato de Limpiar Corrientes, Martín «Tincho» Ascúa, cuya trayectoria en redes sociales durante la noche electoral expuso la distancia entre sus expectativas y la contundente realidad de las urnas.
Alrededor de las 18, minutos después del cierre de los comicios, Limpiar Corrientes transmitía un mensaje de euforia contenida. Basado en un boca de urna y en un clima de optimismo, el propio Ascúa publicó en sus redes un mensaje categórico: «¡Estamos en segunda vuelta! A todos los correntinos que depositaron su confianza, gracias». La publicación, acompañada de una imagen de festejo, buscaba instalar un escenario de balotaje y contrarrestar la proclamación de victoria en primera vuelta que ya había hecho el oficialismo.
En simultáneo, voceros de su espacio reforzaban esta postura y sembraban dudas sobre la transparencia del proceso, denunciando supuestas irregularidades. La estrategia era clara: disputar el resultado y forzar una definición para más adelante.
Sin embargo, la narrativa se derrumbó poco después de las 22. Cuando la Junta Electoral comenzó a publicar los primeros resultados oficiales del escrutinio provisorio, la tendencia fue abrumadora: Juan Pablo Valdés superaba el 50 por ciento de los votos, sacando más de 30 puntos de ventaja sobre Ascúa y garantizándose así un triunfo en primera vuelta.
Con la realidad de los números sobre la mesa, se produjo el gesto que marcó el final de la contienda: la publicación en la que Ascúa aseguraba el balotaje fue eliminada de sus redes sociales. El posteo desapareció, y el silencio se apoderó de su búnker. Lo que había comenzado como una proclama de resistencia y esperanza, terminó en un reconocimiento tácito de la derrota a través de un simple clic.
La fiesta que no fue
En la calurosa tarde se comenzó a levantar un escenario por calle Salta, frente a la sede del Partido Justicialista. La idea fue del equipo de campaña del libreño, que confiados en que habría segunda vuelta, decidieron el emplazamiento de una estructura para echar rienda suelta al festejo, entre música tropical y algunas bebidas espirituosas. Los datos provisorios arrojaron a las 20 que no habría segunda vuelta, lo que repercutió en los ilusionados militantes. La confirmación de la derrota y la persistente llovizna horas después hicieron el resto. Fueron con la música a otra parte.