El corazón de las tinieblas

Compartir:

Gritó en un susurro a alguna imagen, a alguna visión, gritó dos veces, un grito que no era más que un suspiro: ¡Ah, el horror! ¡El horror!

Joseph Conrad, “El Corazón de las Tinieblas”

———————-

Esto no les gusta a los autoritarios

El ejercicio del periodismo profesional y crítico es un pilar fundamental de la democracia. Por eso molesta a quienes creen ser los dueños de la verdad.

“El pueblo debe luchar por su ley como por sus murallas”

Heráclito

1 El vocero gubernamental blue, autopercibido como termo mileista, de sobrenombre Tronco, narró un encuentro con Javier Milei en Olivos. Allí, el último jueves, el Presidente reunió a unos setenta candidatos, streamers e influencers durante un encuentro que duró tres horas. Según declaró el propio Sergio Figliuolo, tal el nombre real del personaje, “lo vi muy bien al Presidente, como cuando venía al principio a Neura y hacía analogías y te explicaba cosas”. Tronco fue más allá y recurrió a las metáforas que le son propias a su movimiento político. Entusiasta, afirmó que “nadie está cagado”. En paralelo, los senadores insistían con leyes ante el veto, insistencia que denotaba la pérdida de poder del Presidente, el dólar llegaba al techo de la banda y el riesgo país se elevaba hasta el infinito. Mientras todo eso sucedía, el auditorio presidencial, se escondía en su propia lógica: sí, una banda se tornaba incapaz de hacer algo ante la otra banda, la del dólar, que exigía una reacción más empática.

2. Cuando terminaba el siglo XIX, el gran Joseph Conrad escribía una de sus obras maestras: la nouvelle, el Corazón de las Tinieblas. Básicamente, es el relato de un viaje por África, en búsqueda de un tal Kurtz, miembro de una compañía importadora de marfil, que dejó de comunicarse con sus dueños. La obra, como suele suceder con las historias de viajes es la descripción de varios movimientos hasta llegar a la estación en la que Kurtz había impuesto su propia lógica. Allí reinaba de una manera por decirlo suavemente despótica, aquella cabeza (Kurtz en el relato tiene una calva notable). El relato es el de un infierno en el que no rige nada más que una especie de fuerza que viene de la propia lógica de Kurtz. Su razón que es, al mismo tiempo, sinrazón. Entre otras muchas cosas, el texto habla de la razón de la sinrazón, lo que llamamos totalitarismo.

3. Esta semana tuvimos, ante la experiencia solipsista de Olivos, una enseñanza que se inscribe en la lógica con la que gobernó Milei (y seguramente, con la lógica de Milei como personaje público). Si existe una oposición entre “todo” y “nada”, lo que continúa al totalitarismo cuando pierde sus caireles es la soledad. Si existe algo así como una soledad del poder (la experiencia del libertario es la de los amigos del campeón), aquí estaríamos en la soledad de la impotencia. Nos encontramos ante los signos y simbolismos de lo que es una sorprendente (y vacía) soledad.

4. Hannah Arendt escribió su fundamental Los orígenes del totalitarismo, un texto lleno de claves interpretativas para fenómenos como el nazismo o el stalinismo. Vale la pena, también, leerlo entre líneas. Citemos un párrafo: “La semejanza más sorprendente entre las sociedades secretas y los movimientos totalitarios radica quizá en el papel del ritual. Las marchas en torno de la Plaza Roja de Moscú son en este aspecto no menos características que las pomposas formalidades del Día del Partido en Nüremberg. En el eje del ritual nazi se hallaba la llamada ‘bandera de la sangre’, y en el centro del ritual bolchevique se halla el momificado cadáver de Lenin; ambos introducen en el ceremonial un intenso elemento de idolatría”. Y sigue: “Los ‘ídolos’ son simples recursos organizadores, familiares al ritual de las sociedades secretas, que también acostumbraban a asustar a sus miembros en el sigilo por medio de símbolos aterradores e inspiradores de miedo. Es obvio que los hombres son mantenidos unidos más seguramente a través de la experiencia común de un ritual secreto que por la coparticipación del mismo secreto. El hecho de que el secreto de los movimientos totalitarios esté expuesto a la luz del día no cambia necesariamente la naturaleza de la experiencia”.

5. Hay algo en el encuentro de Olivos, y en la reacción del Gobierno a las múltiples derrotas, que tiene mucho de encerrarse sobre sí mismo. El psicoanalista Sebastián Plut tiene un nombre para describir esta situación. La analiza en un libro de reciente aparición, de la editorial Topia. El título es de por sí descriptivo: “El autoerotismo libertario”. Plut se encarga de aclarar que autoerotismo no es lo mismo que masturbación. Y da un ejemplo que podría describir el estado actual del Gobierno: “La lógica autoerótica no es la de masturbación. La lógica autoerótica es aquella que le permite al bebé alucinar un pecho, alucinar que se alimenta mientras, en los hechos, no está comiendo nada. El bebé, pues, succiona su propio dedo y cree que le están dando de comer. Claro que esa esencia es funcional si dura un rato, sino se perpetúa. En cambio, si se transforma en duradera, el sujeto queda apresado por una paradoja enloquecedora, consistente en el esfuerzo por creer algo que no es. Por eso los adultos, para graficar que no nos dejamos engañar decimos “yo no me chupo el dedo”.

6. Encerrado en su propia tiniebla, “el chuparse el dedo” parece reemplazar a la acción de gobierno. Y es la descripción, de alguna manera de un final, al menos de un estilo de gobierno.

7. Cabe recordar que Francis Ford Coppola hizo su propia versión de la nouvelle conradiana. La situó no en África, sino en Vietnam, en 1969. Está todo, el viaje, el horror, el movimiento del alma, la calva de Kurtz, el paraíso que se convierte en infierno. Hay más: música de Wagner, poemas de Eliot, la sensación de tragedia. El título de la obra maestra cinematográfica puede leerse en clave política para entender a la Argentina: Apocalypse Now.

*Jefe de Redacción del diario Perfil.

También puede interesarte

Incautaron paquetes de marihuana y mercadería de contrabando.

Los procedimientos se realizaron en Ituzaingó y Santo Tomé. Detectaron droga en encomiendas y productos sin aval legal...

El cálculo de un contador en la carrera de montaña más exigente del mundo

¿Qué tipo de huesos tiene que tener un contador de la city porteña para correr 174 kilómetros casi...

Nadie los votó para que mueran con las botas puestas

El grito de guerra –vamos a vender hasta el último dólar– hace acordar a la trágica altanería del...