Virginia Gallardo: el miedo y la desilusión ante la vieja política

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En un país que vive con la adrenalina de una campaña electoral en pleno apogeo, donde cada declaración resuena con particular fuerza de cara a las elecciones del 26 de octubre, la vedette y actriz correntina, Virginia Gallardo emerge como una figura disruptiva.

Elegida por La Libertad Avanza para ser candidata a diputada nacional por Corrientes, Gallardo ofreció una entrevista a Infobae que revela no sólo su incursión en la política, sino también las profundas motivaciones detrás de su sorpresivo giro.

Su testimonio, recogido en un diálogo franco con Mariano Iudica, arroja luz sobre su perspectiva ante el convulsionado panorama argentino y su particular vínculo con Javier Milei.

Consultada sobre si la política argentina la asusta, Gallardo no titubeó: «Estoy re asustada, pero no por mí. Ya yo soy lo menos un miedo». Su temor, según explica, surge de la observación del panorama actual, una realidad que la invita tanto a comprometerse como a distanciarse.

La candidata reflexiona sobre la persistencia de patrones históricos en la gestión del país, señalando una constante que se ha mantenido a lo largo del tiempo: «Hasta ahora fueron siempre los mismos. Nunca ha terminado un gobierno que no sea peronista más que el de Macri». Esta percepción la lleva a una conclusión crítica: «Estamos haciendo lo mismo. Nadie está pensando en el otro». Sus palabras, según enfatiza, no son parte de un guion, sino una convicción genuina.

JAVIER MILEI: DE «POLÉMICA» AL ROL DE «MAESTRO»

Uno de los puntos más reveladores de la entrevista fue el origen de su relación y admiración por Javier Milei. Gallardo aclara que su cercanía con el Presidente no es una estrategia oportunista. «Yo lo conozco en Polémica (en el bar)», dijo refiriéndose a los inicios mediáticos de Milei como invitado habitual en el programa.

Recordando esos días, Virginia enfatizó: «Resisto archivo. Porque decir hoy que es el Presidente, van a decir: ‘Oh, a esta la guionaron».

Su interés en Milei trascendía la dinámica televisiva. Atraída por la economía, Gallardo recordó que solía levantar el teléfono y consultarlo directamente «para estar a la altura» de los debates políticos que tenían lugar en el programa, donde «teníamos a los protagonistas de la política sentados ahí».

Mientras para muchos Milei era entonces «un loco más», «un personaje» con el que se reían en el aire, para Gallardo, la situación era diferente. «A mí me fascinaba lo que él decía, coincidía en la mayor parte de sus discursos de lo económico, de lo social, de todo».

PEGAR EL SALTO

Esta conexión profunda la llevó a tomar una decisión crucial: «Un día dije, yo necesito que este hombre, o sea, sea mi maestro». Virginia reveló así que tomó clases con Milei, sesiones que duraban aproximadamente «3 horas ponele», y lo describió sin dudar como un «buen profesor». Para ella, la claridad de Milei es innegable, y la resistencia a sus ideas se debe simplemente a una falta de voluntad para escuchar: «Es que yo creo que no lo quieren oír, nada más está el que escucha y el que no quiere oír».

Virginia (dixit)

• «Estoy re asustada, pero no por mí. Ya yo soy lo menos un miedo«.

• «Hasta ahora fueron siempre los mismos. Nunca ha terminado un gobierno que no sea peronista más que el de Macri«.

• «Estamos haciendo lo mismo. Nadie está pensando en el otro«.

• «Mientras para todos era un loco más, era un personaje, a mí me fascinaba lo que él decía«.

• «Es que yo creo que no lo quieren oír, nada más está el que escucha y el que no quiere oír.«

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